En Fulles d’Alè sabemos que la COVID 19 ha traído una nueva situación de aislamiento y confinamiento a nuestros adolescentes y jóvenes que conlleva un distanciamiento social y “abandono personal”, lo cual genera:
- Miedo a lo desconocido y a una nueva situación que cambia día a día.
- Miedo a la salud propia y a la de sus familiares.
- Miedo a contagiarse y a contagiar a los demás.
- Incertidumbre por todo lo que vendrá, tanto personal como familiar.
- Mayores exigencias de responsabilidad en el cuidado de menores y personas mayores que hayan en su entorno.
Esta situación puede producir:
- Sentimiento de soledad, desconcierto, desorientados/as y frustración.
- Aparición de síntomas depresivos con irritabilidad y alteraciones del ritmo del sueño.
- Problemas de ansiedad y estrés.
- Mayor abuso de sustancias.
Nuestros menores y jóvenes necesitan sentirse seguros a través de los adultos de referencia que tengan, pero ¿qué podemos hacer si ahora somos nosotros/as los que tenemos miedo?
En Fulles d’Alè sentimos y creemos que a partir de un equilibrio emocional, físico y psicológico será imprescindible para recuperar y potenciar los efectos nocivos de este tránsito post covid que estamos viviendo.
Necesitamos y queremos adolescentes y jóvenes seguros de sí mismos/as, felices con sus vidas. Que sean capaces de identificar sus emociones de forma saludable, las puedan gestionar y de esta manera enfrentar sus miedos y preocupaciones.
Se trata de poner en marcha los mecanismos internos de cada persona para desarrollar la creatividad, la sensibilidad, el amor por mí y por los demás, trabajar la intuición; y hacer de nuestros jóvenes personas más resilientes, es decir, que sean capaces de afrontar una adversidad y salir fortalecidos/as de la experiencia.
La toma de responsabilidad de sus vidas en su día a día hará que se sientan más seguros/as, confiables y capaces de cualquier cosa que se propongan.